Como todo proceso vivo de la lucha política y de clases, pone a prueba las distintas políticas y estrategias en el campo de la izquierda. Desde el auge del movimiento bolivariano y el chavismo hubo dentro de las organizaciones que se reclaman de izquierda distintas visiones y, por ende, distintas políticas.
Como en muchos otros casos de la historia, hubo quienes negaron el proceso y se pusieron por fuera del mismo, igualando a Chávez con un gobierno burgués normal poniéndolo casi al mismo nivel que otros gobiernos de la región sin comprender las diferencias de origen ni de política concreta. Otros sectores hicieron exactamente lo contrario, se adaptaron al aparato oficial del chavismo perdiendo todo tipo de independencia política, evitaron la crítica aún en medio de un fuerte y evidente proceso de burocratización y consolidación de un modelo rentista petrolero que no modificó la estructura capitalista del país.
En nuestro caso, nunca hemos compartido ninguna de estas dos concepciones. Por un lado, partimos hace muchos años de acompañar y ser parte activa del proceso, entendiéndolo como un fenómeno que apoyado en la movilización popular emergió con un carácter antiimperialista e independiente. En vida de Chávez se lograron los puntos más fuertes de conquistas sociales y a la vez se fueron incubando los problemas actuales, a falta de medidas anticapitalistas y por un régimen político-económico basado en la renta petrolera con el mal del burocratismo a cuesta.
En el último período, ya sin Chávez y con la presidencia de Maduro, todas las contradicciones se multiplicaron; la dinámica de los problemas estructurales avanzó cualitativamente a la par de la cerrazón y métodos autoritarios de la cúpula del PSUV y el gobierno.
Esto viene trayendo un fuerte descontento y pérdida de base social. Y ahí, es cuando entra a tallar con fuerza la política de quienes están enraizados dentro del proceso pero con voz propia supieron defender un camino anticapitalista. Eso es lo que refleja el crecimiento y protagonismo de la corriente Marea Socialista, quien hoy aparece como la más dinámica a la izquierda del proceso y también la más atacada por las cúpulas. Marea Socialista, comparte con nuestro partido un proyecto internacional común, estará presente con varios de sus dirigentes en nuestro 9o Congreso del MST y recibe nuestro apoyo y solidaridad militante.
Venezuela, está ingresando a momentos decisivos. Quienes desde el sectarismo (como las fuerzas del FIT) negaron el proceso bolivariano hoy son actores marginales o directamente nulos en Venezuela, justo en este momento crucial. Y quienes se han adaptado al chavismo oficial quedan presa de los desastres ocasionados por funcionarios alejados de las bases y proclives a acuerdos y negocios con la burguesía. Como siempre, la realidad va poniendo las cosas en su lugar y demostrando que estos dos caminos no conducían a buen puerto.
Desde el MST apoyamos a los compañeros de Marea Socialista que con enorme valentía política defienden las conquistas logradas y los mejores aspectos del legado de Chávez sin por eso dejar de marcar sus límites y levantando sus propias propuestas anticapitalistas. Esa coherencia les ocasiona en estas horas la separación y exclusión del PSUV, medida burocrática que no evitará que sigan avanzando, a lo largo de Venezuela, con banderas emancipatorias y socialistas. Se abre una nueva etapa y una perspectiva incierta para el proceso revolucionario. Marea Socialista tendrá mucho que aportar en el tiempo que viene y en un próximo evento definirá los pasos a seguir. Actuando siempre junto al pueblo bolivariano contra la oposición pro imperialista que pretende volver y contra la burocracia de estado que pone en riesgo las conquistas y el futuro. Se abren nuevas peleas y apasionantes debates políticos. En medio de estos, va subiendo una marea socialista.